Una buena fotografía puede hacer de su labor un éxito, o que pase totalmente desapercibida…
Con la aparición de las nuevas tecnologías, todos somos capaces de hacer una foto. Pero transmitir sensaciones requiere años de experiencia, equipo adecuado y sobre todo: Empatía. Tanto con el cliente como con su producto…
¿Quien hojeando las páginas de cualquier revista y detenerse en uno de esos suculentos platos, no ha sentido la necesidad de probarlos?…
Con la cantidad de programas gastronómicos que hay hoy en día, todos los medios de comunicación muestran platos desde los más sencillos hasta los más sofisticados, pero cualquiera de esas fotos nos están diciendo:
¡¡¡Pruébame!!!
Esto no es casual, se trata de un trabajo minucioso realizado por un fotógrafo de producto profesional. Desde el emplatado, hasta las luces y sombras que el fotógrafo de producto ha trabajado para crear en nosotros esa apetencia.
A lo largo de más de dos décadas, he realizado fotografías de producto, fotografía de alimentación, fotografía de restauración, fotografía de perfumería, fotografía de conferencias, presentaciones… Con la total aprobación del cliente, tanto en el resultado final del trabajo, como en el presupuesto adaptado personalmente…
El resultado final de una buena fotografía depende tanto de la profesionalidad y buen hacer del fotógrafo de producto, como de la inversión en equipo realizada durante años de experiencia.
Para ello, cuento con las cámaras técnicamente más avanzadas y con las clásicas que han demostrado su eficacia en la calidad de las imágenes.
Módulos de iluminación adecuados para cada tipo de trabajo. No es lo mismo un trabajo de estudio, con la iluminación que eso conlleva, que una fotografía exterior, donde hay que ayudar a la luz natural para un óptimo resultado…
Una buena fotografía no tiene por que ser cara, tiene que conseguir lo que se pretende de ella:
¡¡¡ Que trasmita sensaciones !!!